Cuentan que la aventura de la Bienal volvió en 1981, pero desde una semana antes de su inicio el pueblo de San Antonio se viró al revés: todo el mundo estaba en función del evento.
Las Criollitas de Wilson , Matojo de Lillo, el Barbudito de Nuez, El y Ella de Alben y muchos otros personajes de nuestros caricaturistas adornaban las paredes y los muros de la Villa del Humor.
- El monumento dedicado al Bobo de Abela y al Loquito de Nuez daba la bienvenida a todos los visitantes que llegaban de cualquier parte a ese municipio convertido de pronto en la capital de la risa.